El futuro docente de educación primaria se forma para convertirse en un profesional capaz de comprender la complejidad del acto educativo y de asumir un compromiso ético y social con su comunidad. Desarrolla la competencia de enseñar con sentido crítico, reflexionando sobre su práctica y tomando decisiones fundamentadas que favorezcan el aprendizaje de todos los estudiantes. Es un educador que valora la diversidad, promueve la inclusión y busca generar condiciones de igualdad en el aula. Posee la capacidad de planificar, conducir y evaluar procesos de enseñanza desde una mirada integral, considerando las dimensiones cognitivas, afectivas y sociales del aprendizaje. Además, se prepara para trabajar en equipo, participar activamente en proyectos institucionales y contribuir al mejoramiento de la escuela y del sistema educativo. Su formación le permite articular los saberes pedagógicos con los contenidos disciplinares, utilizar recursos tecnológicos y estrategias innovadoras, y mantener una actitud de aprendizaje permanente que le permita adaptarse a los cambios y desafíos de la educación contemporánea. En síntesis, el docente egresado del profesorado es un profesional comprometido con la formación de ciudadanos críticos, responsables y solidarios, capaz de enseñar con sensibilidad, creatividad y rigor pedagógico.
